1.- EL CASTILLO DEL CASTELLAR, ZAFRA.
La sierra
del Castellar es una sierra situada
al oeste de la ciudad de Zafra (Badajoz, España)
dominada por un macizo rocoso donde se encontraba el castillo andalusí que
defendía la zona y que fue conquistado para la Corona de Castilla por Fernando
III en 1241.
En la sierra del
Castellar existían dos fortines antiguos, del cual hoy en día tan solo quedan
sus ruinas esparcidas por el agreste paisaje rocoso de la sierra o farallón cuarcítico
del Castellar.
Decía el presbítero zafrense D. Manuel Vivas en su libro “Glorias de Zafra”:
Decía el presbítero zafrense D. Manuel Vivas en su libro “Glorias de Zafra”:
Fue levantado por lo
árabes encima de un baluarte romano
en el farallón
cuarcítico. Existieron dos fortalezas, fuertes, reducto fortificados de época
Prerromana y Romana, lo atestiguan la gran diversidad de muros, torres, ruinas,
etc, esparcidas y camufladas entre el agreste paisaje del Castellar.
Parece ser que dicho
castillo se levantó según datos, sobre los años 1030 a 1045
La planta del Castillo
o fortaleza, es de forma casi rectangular, por la parte saliente que
corresponde donde están las piedras, estas mismas por su altura ya hacían de
obstáculo o murallas naturales, tan solo en algunos puertos o mellas se
hicieron murallas para proteger esos flancos supuestamente más débiles, por
otro lado sus defensas debían de ser fantásticas, su perímetro estaban
compuesto por unas fuertes murallas de piedras con cal, (oppido) con un ancho
de dos a cuatro metros, secundando ha estas murallas nos encontramos cinco potentes
Albarranas (torre defensivas de gran potencia) así como de diferentes medidas.
En el interior del recinto nos encontramos una gran torre, que es indiscutible
por los restos de cimentación en medio del patio de armas, con dimensiones
relativamente reducidas, debía de ser la torre de Homenaje. De forma prismática
no regular con entrada en recodo que supervisa grandes territorios desde sus
peñas, en contacto visual entre ellas, formando hitos del paisaje medieval e
incluidos en un entramado de castillos que enseñoreaban los territorios
cercanos y completaban el sistema castrense extremeño. La más cercana torre de
homenaje pertenece a un allanamiento del crestón cuarticito aprovechando para
ampliar.
El patio de armas se
adaptaría al entorno siguiendo las curvas de nivel con una entrada similar:
probablemente un pequeño portón, con algún obstáculo en la entrada, como una
rampa; escoltado por dos torres cuadradas sin almenaje.
Siendo por lógica, el edificio más elevado del
castillo y superando la altura del crestón para servir de atalaya hacia el
norte. Los restos que se conservan, puedes corresponderse a los de alguna
planta superior a la torre, perteneciendo enterrada bajo los sedimentos de la
parte baja de la misma, pero por hoy resulta imposible conocer la potencia del
terreno en este lugar. La altura de la torre, seguramente sería tal que
rebosaría al crestón cuarticito, pero el desconocimiento del nivel del suelo,
impide precisar la altura próxima de la misma. Dentro del interior se observa
también algunas murallas internas, y dos garitas de vigilancia muy próximas ha
la gran torre de homenaje, existe aún una habitación llamada “Cueva del Moro”,
se debe descartar la posibilidad de que se tratase de un aljibe debido, tanto a
lo expuesto del lugar, cómo a la falta de restos de materiales aislantes en las
paredes, como era preciso para proteger el agua. Por el consiguiente no es el
aljibe del castillo ni las mazmorras del mismo sino que parece tratarse de la
entrada en aljibe en sí .La guarnición que se acantonara en el castillo, tendría su
resistencia con total seguridad, en las sucesivas plantas d esta torre por
motivos defensivos, situándose la armería en ella. El acceso entre las
distintas plantas se practicaría a través de escaleras de mano ante la imposibilidad
espacial de disponer otro sistema de ascensión. La última planta sería el lugar
de reposo del alcalde del castillo cuando éste perteneciese en él. Si se
observa la planta del castillo levantada por el señor Salazar se puede apreciar
cómo la entrada al castillo se efectúa por un portón entre dos torres
cuadrangulares muy salientes.
En cuanto a la entrada
al castillo, nada se sabe más que conjeturas. Todos los investigadores que han
tratado el tema, han considerado oportuno ubicar la entrada en el mismo lugar,
pero no hay nada de cierto sobre este asunto ya que se desconoce lo que pudo
ver Antonio Salazar hace cincuenta años. Aunque la presencia de los restos de
la torre, siendo un elemento novedoso en el flanco que aún se conserva, hace
pensar la existencia de la entrada al complejo por este lugar, pero se ha de
tener en cuenta que es uno de los lugares más accesibles.
En la sierra del
Castellar se aprecia muy bien los distintos niveles de doblamiento. No hay duda
alguna del considerable asentamiento que tuvo lugar durante los diferentes
periodos históricos.
En la foto se observa, muy poco, como tenían
la distribución de las habitaciones.
En esta foto se observa otra parte más sobre
el castillo del Castellar.
Ésta es la famosa “Cueva del Moro” que en realidad, es un aljibe.
Aquí se observan, unas murallas ya destrozadas.